Cuando me decidí a visitar el Museo de Montmatre de París no pensaba encontrar una de las historias más fascinantes y desconocidas del mundo del arte durante los años de mayor explosión artística.
El Museo de Montmatre es la antigua casa de Marie-Clémentine Valade. Hija de madre soltera en los arrabales de París, Marie tuvo desde pequeña que buscar alternativas para poder sobrevivir. Su belleza la llevó a posar como modelo a los pintores que por aquella época buscaban en este barrio la inspiración para sus obras. Artistas de esa época consagrados como Edgar Degas, Henri de Toulouse-Lautrec, Pierre-Auguste Renoir y Pierre Puvis de Chavannes tuvieron ante su lienzo la figura de Marie.
Marie no sólo cambió su nombre por Suzanne gracias a los pintores ante los que posaba, sino que también aprovechó su influencia, la energía que trasmitían y los conocimientos que compartían para iniciar su carrera artística.
Lo más importante que tenemos es nuestro nombre. Cuando hablo de marca personal, lo primero que recomiendo es estar seguros de que los demás saben nuestro nombre … y lo más importante que pueden recordarlo.
Os propongo un juego: adivinar el motivo por el que Marie cambió su nombre por el de Suzanne Valadon. Ya os he dado una primera pista: está relacionado con los artistas con los que trabajaba y tiene que ver con la imagen que los demás tienen de nosotros.
En la siguiente entrada sabremos el porqué y alguna cosa más de la vida de Marie… huy, perdón de Suzanne 🙂